La fecha fue instaurada en 1990 por la Red de Educación Popular Entre Mujeres reunida en Paraguay, con miras a promover el derecho de las mujeres en especial las que pertenecen a los sectores populares de América Latina y el Caribe; a una educación democrática, libre de estereotipos, que no refuerce la discriminación de la mujer en el mundo del trabajo, la familia y los espacios públicos.
Una educación no sexista implica que ésta sea inclusiva y no discrimine ni reproduzca estereotipos de género, y para ello es indispensable que las instituciones educativas implementen la Ley Nacional de Educación Sexual Integral, desde una perspectiva de géneros y de derechos.
La Ley 26.150 de Educación Sexual Integral sancionada en el año 2006, no solo busca educar sobre sexualidad, sino también promover la equidad de género, y fomentar el cuidado del cuerpo, contemplando situaciones que impactan en la vida de adolescentes: abusos, respeto a la intimidad, orientación sexual, identidad de género, inicio sexual consensuado, discriminación y hostigamiento en las escuelas.
Desde el año 2006 se viene exigiendo su efectivo cumplimiento en todo el territorio nacional, sin embargo a casi 14 años de su sanción, son 16 las provincias que han adherido a la ley nacional: Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Chubut, CABA, Corrientes, Entre Ríos, La Pampa, Misiones, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz, Santa Fe, San Juan, San Luis, Formosa y Mendoza.
Por su parte Jujuy cuenta con resoluciones ministeriales de ESI, y Córdoba cuenta con un memorando interno que habilita una comisión inter-programática y la creación de un programa de ESI. Mientras que La Rioja, Salta, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y Tucumán no cuentan con ninguna normativa sobre ESI.
Además, el cuestionario complementario de las pruebas Aprender, dejó de manifiesto que el 79% de los estudiantes de secundaria dijo que falta educación sexual y el 76% que falta abordaje sobre violencia de género.
La importancia de la ESI radica en que no solo enseña, sino que habilita la palabra dentro del aula, para que niños, niñas y adolescentes puedan pedir ayuda si están atravesando abusos o maltratos en casa. En los lugares donde hay aplicación efectiva, el 80% de los niños, niñas y adolescentes que denunciaron abusos fue después de tener una clase de ESI en la escuela según datos del Ministerio Público Tutelar porteño.
Por eso es importante que se logre su completa y efectiva implementación, incluso en un contexto como el que se está atravesando por la Pandemia. Y es por eso que el Ministerio de Educación de la Nación busca generar un espacio dentro de la plataforma Seguimos educando para que lxs niñxs y adolescentes puedan llegar más rápido a las líneas de asistencia.
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