CAPÍTULO 42 JUANA PIMIENTA

Músicas de las fugaces conquistas de lo imposible

Juana Pimienta baila la danza de las utopías, saltando de palabra en palabra, como poema en llamas, recatando voces desde los silencios.

Con f de fe, de fronteras y de febrero, las creencias no tienen fronteras. Así, como el sonido amado de las voces y los tambores que cantan a los dioses por deseos proveniente de los abandonados en la tierra.

Desde las orillas del aire, nos evocamos a tocar esas músicas que son escuchadas por los terrestres, pero que su destinatario es omnipresente. Para algunos, ese ente "omni", es representado por símbolos, otros por formas humanas, otros por fuerzas misteriosas, y otros por la naturaleza.

Así, los rituales para Yemayá están rodeados de cantos y alabanzas a la diosa desde la arena, donde suena esos antiguos tambores africanos, apuntando al mar.

Mientras los creyentes piden, sus deseos se realizan. Aunque a veces los milagros solo duran mientras la música esté sonando. Siendo una fugaz conquista de lo imposible, por los creyentes que se iluminan en la noche.