El dos veces canciller de Brasil (1993-1994, 2003 -2010) sostuvo que "la absolución de Lula da Silva es el resultado de un proceso de progresiva desmoralización del caso Lava Jato".
El también ministro de Defensa del país vecino (2011-2014) consideró que si bien él mismo ha dicho que no tiene ambición porque ya fue presidente durante dos mandatos", es "el único con mayor potencial de votos que Bolsonaro", y que "es muy probable que la gente considere que debe ser candidato"; por lo que "Lula está plenamente de nuevo en la cancha política".
En tanto contó que dialogó con el líder del PT, quien se encuentra "muy animado y contento con la decisión", y agradecido por el llamado del presidente Alberto Fernández.
Asimismo, sostuvo que si bien el cuestionamiento de la parcialidad del juez Moro daría por tierra cualquier otro intento de arremetida judicial, afirmó que Lula cree que "quizás la cosa no han terminado, que van a continuar".
En ese sentido señaló al lawfare como un fenómeno ocurrido durante los gobiernos de derecha de la región, incluso denunciado por el Papa Francisco, y lo definió como "un uso impropio de la Justicia, apoyado en los medios, y con conexiones internacionales".
"La política brasilera, pese a la pandemia, recupera un cierto nivel de normalidad", dijo en tanto, y recordó que esa anormalidad (la del lawfare) es la que explica la presidencia de Jair Bolsonaro.
Por último se refirió a los estragos de la pandemia, la desocupación masiva y la caída de los ingresos; al tiempo que señaló el aislamiento internacional que sufre el país vecino, acostumbrado a gravitar a nivel global en materia política y económica: "Nunca vi ésto en Brasil", dijo.
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Etiquetas: Celso Amorim, Jair Bolsonaro, Lula Da Silva, Sergio Moro