Habló con la Colo Merino y con Daniel Heffes en el día de su cumpleaños 90.
Mi obra empezó con “Zambita de la oración”, que se me ocurrió en una gira en los tiempos en que trabajaba con Margarita Palacios.
Luego llegó El Mensú y posteriormente El Cosechero, recordó Ramón, al tiempo que detalló que esa serie de canciones correspondían a los oficios del país.
“Nunca pensé llegar a esta edad”, admitió, y subrayó que la clave “es vivir la vida con el sentido de la vida, porque cada día es un instante maravilloso”.
Además, indicó que “el gualambao no existía, es una creación mía, es un ritmo único en Latinoamérica”.
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