El pasado 9 de julio, el C se convirtió en el epicentro de una experiencia inmersiva y transformadora durante la segunda edición del Festival Mutante. Con un cartel repleto de talento, que incluyó a Juana Molina, Santiago Motorizado, Las Ligas Menores, Fermin y Lupe, este evento musical captó la atención de más de 2000 personas en la tarde noche del día patrio.
La propuesta no solo se centró en la música, sino que también brindó un gran espacio para artistas gráficos y visuales en su área de instalaciones ubicadas en el sector “bajo escenario”. Esta cuidadosa curaduría artística pudo conectar el universo estético de los artistas visuales con la esencia que el Festival Mutante proponía, sumergiendo así al público en una atmósfera inmersiva y única.
La jornada comenzó con la presentación de Lupe, quien con su estilo abordado desde lo multidisciplinario logró cautivar a los asistentes con su performance a través de lo sonoro acompañado por una experiencia envolvente y embriagante de movimiento. Luego la velada continuó con Fermin con su propuesta dinámica, acompañada de ritmos electrónicos logrando que la audiencia se entregara por completo bailando y cantando al ritmo de sus canciones. Mientras el público recorría las instalaciones del C podía disfrutar del escenario bailable montado por Nacional Rock donde diferentes DJs se encargaron de musicalizar los intervalos musicales, siendo cómplices del universo construido por los artistas del line up gráfico curado en conjunto entre el festival y Proyecto Piraña.
Para continuar con la tarde noche, llegó el turno de Las Ligas Menores con un show a la altura, como de costumbre. La agrupación se destacó por su calidez y frescura, dejando el escenario encendido y preparando el terreno para el siguiente show del festival a cargo del proyecto solista de Santiago Motorizado. El músico, oriundo de La Plata, se presentó con un conjunto enérgico y emotivo, interpretando canciones de su carrera en solitario y algunas de "El Mató". El público coreó cada una de sus letras, creando un vínculo especial con el artista y convirtiendo el lugar en un auténtico mar de emociones.
El clímax de la velada llegó con la presencia de Juana Molina, quien desplegó su talento y versatilidad en el escenario. Su habilidad para crear capas sonoras complejas y envolventes, utilizando su guitarra y su loop station, transportó al público a un universo musical único. Su carisma y presencia magnética mantuvieron a la audiencia cautivada de principio a fin. La segunda edición del festival hizo sumergir al público en un universo estético y sonoro fascinante, donde la música y el arte se fusionaron para crear una sensación inmersiva. Sin duda, el Festival Mutante se ha consolidado como un espacio de encuentro para los amantes de la música y el arte alternativo, dejando a todos los presentes con ganas de más.
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