La licenciada Bárbara Ruffini, M.P. 1972, en su columna semanal de Psicología y Neurodesarrollo explicó cómo identificar señales e informar acerca de los desafíos de neurodesarrollo volcado al diagnóstico de autismo o los diferentes diagnósticos, cuándo consultar.
La licenciada explicó que “los primeros signos conductuales se observan en el área de la comunicación, si hay más de dos o tres signos hay que consultar con la pediatra, si la pediatra está formada en el neurodesarrollo y a partir de allí ver si se avanza a una evaluación”. En relación al respecto de la formación de los profesionales comentó que “la mayoría de los pediatras no están formados en neurodesarrollo, están más centrados en lo clínico, se toma poco en cuenta el neurodesarrollo. Por suerte, en San Martín de los Andes contamos con tres pediatras que dominan el tema e identifican los indicios”.
“El diagnóstico se puede dar a partir de los 12 meses. Por ejemplo, a partir de los 6 meses, en general, la mayoría de los niños neurotípicos hacen algún gesto de respuesta a una sonrisa que quizás la pueden desarrollar más adelante, al igual que la imitación de los juegos interactivos sociales, tal como “esta manito” o “¿dónde está mamá?, todos estos gestos aparecen antes del año”.
Por su parte, la licenciada explicó que “después de los 12 meses empiezan las interacciones con el otros, señalan con el dedo, tienen la intención de comunicar. Muchos chicos dicen palabras sueltas, pero ¿para qué la usan? ¿solo las repiten? ¿o le dan un sentido? El para qué es importante. Muchas veces se consulta: ¿habla solo? ¿habla para sí mismo, o con alguna intención? Si no utilizan las palabras de una manera funcional, se lo denomina ecolalia, cuando repiten palabras sin función comunicativa”.
La licenciada, Bárbara Ruffini explicó que “el cómo juega también es observado porque si juega con los juguetes, pero solo juega con partes del mismo, como mirar girar la rueda de los autos o solo poner autitos en fila, hay otra señal. A pesar de que todavía es una edad donde no realizan un juego simbólico o hablado”.
Por su parte, comentó que hay más indicios “si responde o no al nombre, o si entra en alerta a los ruidos fuertes y se voltea a ver qué pasó. A partir de los 9 meses es una conducta que debería aparecer como respuesta. También los famosos aleteos, la irritación ante cambios mínimos que generan mucho berrinche en cortes de actividades o rutinas que se ven interrumpidas y les cuesta mucho salir”.
Por último, explicó que “a grandes rasgos hasta los 24 meses, si aparecen 2 o 3 de estos indicios hay que prestar atención y consultar a los pediatras. No es que todo niño que tenga algunos de estos rasgos ya recibe el diagnóstico, se trata de una mirada general a través de la suma de indicios, no de modo aislado”.