La licenciada Bárbara Ruffini, M.P. 1972, en su columna semanal de Psicología y Neurodesarrollo explicó cómo identificar señales e informar por el diagnóstico de autismo o los diferentes diagnósticos entre los dos y tres años.

Tal como repasara en la columna de la semana anterior, en Tampoco es para Tanto, algunos de los primeros indicadores antes de los dos años son la falta de respuesta al nombre, la falta de señalado para indicar objetos con intención comunicativa, cómo utilizan sólo algunas partes de los juguetes para jugar, entre otros indicios que se den en conjunto.

En esta entrega, la licenciada Ruffini explicó que “a partir de los dos años un niño debería armar frases para comunicar, el lenguaje puede aparecer pero no de manera funcional sino más repetitivo”.

Por su parte, remarcó que “en las charlas con los padres, a veces se habla de las pérdidas de habilidades. Esto es más común de lo que se piensa, por ejemplo había habilidades de comunicación, de autonomía y de repente se pierden. En ocasiones se piensa que son a causas de mudanzas, pandemia o fallecimiento de un familiar cercano, a veces son causales, pero no siempre ocurre. Sucede que dejan de hablar, dejan de pedir, de controlar esfínteres, de comer solos y de esta manera empiezan a requerir de apoyos que antes no necesitaban y esto es un motivo de consulta”.

La psicóloga comentó que otros de los signos son “en relación al juego entre los 2 y los 3 años comienza el juego simbólico como por ejemplo una caja puede ser un autito, una escoba con un caballito y lo que sucede es que no van más allá en la imaginación del objeto concreto. Finalmente, también comienza la época de jugar con pares sucede que cuando uno observa en un jardín al grupo y ve que el niño está más retraído, eligen un objeto o un juguete para jugar a solas, o sin interactuar ahí hay otro indicio”.

Por último explicó que “hasta los 3 años se considera un diagnóstico temprano y hay más posibilidades que lleguen a tiempo los apoyos que necesitan esos chicos”.