En Tucumán comenzaron a dar los primeros pasos para la producción local de café, con la esperanza de poder abastecer en un futuro cercano al menos una parte del consumo interno, que en la actualidad es importado principalmente de Brasil.
La iniciativa comenzó a cobrar forma hace una década de manera más firme, tras un antecedente fallido registrado en la década del 80 aproximadamente, cuando se intentó comenzar a producir café en Tucumán sin éxito a causa de las heladas.
"Estamos convencidos de que Tucumán es una provincia que puede producir café", dijo el vicepresidente del Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP), Juan Casañas.
"En estos momentos en la provincia son 15 los productores que cuentan con entre media, una o cuatro hectáreas, con plantas que por lo general tienen un año de antigüedad. Otros productores poseen plantas de 10 años, cuyos frutos ya se están moliendo y haciendo café para consumo personal, y es de muy buena calidad", detalló el funcionario.
La mayoría de las plantaciones de café se encuentran en Yerba Buena, un municipio ubicado 10 kilómetros al oeste de la capital tucumana.
La producción tucumana se suma a la existente en la región de las yungas salteñas, que es la región argentina en la que se encuentra más desarrollada la explotación de este cultivo.
También la región mesopotámica, de manera puntual en las provincias de Misiones y Corrientes, también se cultiva café de la especie arábica.
"En Tucumán recién estamos empezando. Éste es un cultivo que requiere de trabajo, hoy tenemos cinco viveros con plantines que se plantarán entre los meses de noviembre y diciembre, época en que empiezan las lluvias. Ahí empezará el periodo de crecimiento de la planta y después de tres años el café podrá ser cosechado", sostuvo el funcionario.
Casañas comentó también que "estamos dando los primeros pasos para traer semillas desde Brasil, principalmente de la zona de Paraná, que tiene la misma latitud nuestra, con riesgos de heladas de vez en cuando, por lo tanto, tenemos la misma frecuencia productiva”.
De no prosperar el desarrollo de las semillas provenientes del Estado sureño del vecino país, el plan siguiente será traer semillas de Colombia y ver su adaptación.
"Hace aproximadamente 30 o 40 años se intentó introducir el café, pero se fracasó principalmente por las heladas, por lo que, en un principio se cultivará en el pedemonte, y a medida que las plantas se vayan adaptando al riesgo de las heladas, se irá bajando un poco más hacia el centro de la provincia", precisó.
El proyecto se basa en un trabajo conjunto encarado por el IDEP con la Fundación Lillo, la Secretaría de Agricultura de Tucumán, la Estación Experimental Obispo Colombres y la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), con el fin de estudiar el ecosistema en el que se puede desarrollar el cultivo.
En ese marco, a mediados del mes pasado una misión técnica –de la que formaron parte productores tucumanos- viajó con destino al Estado brasileño de Mina Gerais, que cuenta con superficie de 1.600.000 hectáreas de plantas de café.
Brasil es el mayor productor de café de América Latina y del Caribe, su elaboración a gran escala abarca una amplia variedad de especies, incluidas la arábica y la robusta.
En base a números aportados por la dependencia tucumana, en Argentina se destinan en la actualidad alrededor de US$500 millones por año en la importación de café, para abastecer el consumo.