El entrenador del seleccionado argentino, Jorge Sampaoli, fue por toda Europa, tres veces, para ir mostrándole videos a los jugadores convocados como era su línea de juego. Que quería de cada uno de ellos. Inclusive, claro, a los defensores.

A ellos les fue con la idea de la línea de tres. Algo que se tienen que trabajar mucho. Muchisimo. Y, por lo que cantaron sus propios jugadores tras la victoria ante Ecuador, los que se ponen la camiseta, quieren linea de cuatro.

Sin embargo, el calvo y movedizo entrenador, en estos dos amistosos insistió con una defensa de tres jugadores. Y el balance es claramente negativo.
Ante Rusia no se notó porque el dueño del Mundial del 2018 tiene un conjunto muy livianito. Hasta me animaría a decir que podría no pasar la zona de grupos dentro de 8 meses.

Pero Nigeria atacó, a fondo, media horita y le hizo flor de despelote a Sampaoli. Una línea de tres lenta, descoordinada, mal a la hora de los relevos. Pero fundamentalmente, lenta. Ya Javier Mascherano había tenido inconvenientes en la altura de Quito con esta forma de jugar. Y ante los africanos fue responsable directo de dos de los cuatro goles.

Para peor, esa línea de tres, nunca estuvo asistida por algún volante defensivo. Un “5” que dé una mano. Ever Banega tuvo otro partido para el olvido.
Se viene el cambio que quieren los jugadores y así, Sampaoli, si pasa de línea de tres a una defensa de cuatro, perderá poder ante su plantel. Veremos que pasa...