En 1990 el hecho puso a San Fernando del Valle de Catamarca en el centro de la escena y tuvo graves consecuencias institucionales, entre ellas la expulsión del diputado nacional Ángel Luque y la caída del gobierno de Ramón Saadi.
Un nuevo aniversario recuerda las asignaturas pendientes del caso.
De ello da cuenta el informe especial “María Soledad: Nade la oyó gritar”, producción de Contenidos, Radio Nacional, con voces de protagonistas de multitudinarias marchas de silencio.
Los padres de la víctima, Ada y su esposo Elías Morales, fallecido en agosto pasado, además de la hermana Martha Pelloni, nunca bajaron los brazos.
El Tribunal de la provincia ordenó en 1998 investigar maniobras de encubrimiento, falsedad ideológica y asociación ilícita, pero ese proceso nunca fue concretado.
Por entonces, en el segundo juicio oral y tras haberse anulado el primero, los jueces condenaron a Guillermo Luque, hijo del legislador, a 21 años de prisión como coautor del delito de violación seguida de muerte, agravada por el uso de estupefacientes. Y a Luis Tula, de quien la joven estaba enamorada, a 9 años, como partícipe secundario.
Los dos quedaron libres al cumplir dos tercios de la condena.
El vaivén judicial reflejó las tensiones entre el reclamo social por el esclarecimiento del asesinato y la trama de intereses urdida para proteger a “hijos del poder” emparentados con la saga catamarqueña de características feudales.
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