Fue uno de los grandes virtuosos de la música popular nacional y falleció muy joven, con apenas 50 años, el 23 de octubre de 1977.
Intérprete de armónica, cultor de la música de raíz folklórica, del tango y del jazz, de formación intuitiva, tocaba también violín, piano y contrabajo.
Nació en Santiago del Estero, el 10 de agosto de 1927; con tan solo nueve años debutó como solista en una radio de su provincia natal y a los veinte años integró como bajista una banda de jazz.
Su calidad cruzó las fronteras del país: Hohner, el principal fabricante de armónicas del mundo (de origen alemán), no sacaba un modelo nuevo al mercado si primero no tenía el visto bueno de Díaz.
De hecho, fue el creador de un modo argentino de tocar la armónica, realizando notables trabajos tanto como ejecutante como compositor.
Fue tal la dimensión de su conocimiento musical, que transitó cómodamente, desde Vivaldi a Jimi Hendrix, desde Ángel Villoldo a Horacio Salgán.
En 1944 partió hacia Buenos Aires junto a, su hasta entonces amigo, Domingo Cura quien luego se convirtió en su cuñado dado que se casó con su hermana Victoria Cura, una cantora de bella voz.
Fue contratado por un músico de jazz y director de orquestas características, Juan Carlos Barbará, que lo presentó como solista durante una temporada en la Confitería Hurlingham.
En 1946, se destacó su presencia en el conjunto folklórico Chacay Manta, que tuvo buena recepción.
El notable arpista paraguayo Félix Pérez Cardozo le abrió varias puertas que le permitieron llegar a los estudios de grabación, tras el trajín en numerosas peñas.
A comienzos de los ´50 formó un trío junto a su colega de instrumento Luis Saltos, y el guitarrista Norberto Pereyra, a los que se sumó en el canto Victoria.
Fue así que comenzaron a proyectarse a países de Latinoamérica hasta llegar a Estados Unidos, donde hicieron varias presentaciones que lo llevaron a compartir escenario con Louis Armstrong y Oscar Peterson.
Luego, viajaron a Europa y, en Alemania, arribaron a la ciudad de Leverkusen, donde se encuentra la sede central de la fábrica de instrumentos Hohner, la marca de armónicas utilizadas por Hugo.
En ese lugar fue tan grande el entusiasmo que causó con su talento, que pusieron su fotografía en la sala donde ya estaban las de los consagrados, Thielemans y Larry Adler, máximos exponentes, hasta aquel momento, del instrumento.
A raíz de este reconocimiento surgieron muchas oportunidades, la más importante, un contrato para grabar con la orquesta de Waldo de los Ríos en España.
A continuación se sucedieron sus actuaciones en Japón, en países de Medio Oriente, en las ciudades de Roma y de Milán.
Su mayor dedicación fue el folklore, género en el que registró alrededor de setenta títulos repartidos en cinco discos de larga duración.
También grabó jazz e incursionó en temas clásicos y el tango tuvo un lugar en su trayectoria y sus discos, con más de 80 versiones.
Se destaca su producción con temas de Carlos Gardel y, en especial, sus recreaciones de “Soledad”, “Volver”, “Cuesta abajo” y “Amores de estudiante”.
En esta fecha lo recordamos a partir de registros sonoros conservados en el Archivo Histórico de Radio Nacional.
Podcast: Bajar
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