Mandatarios y líderes de todo el mundo condenaron las manifestaciones "golpistas" en Brasilia, donde seguidores del expresidente Jair Bolsonaro ingresaron de forma violenta en los edificios de los tres poderes públicos, y se solidarizaron con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El presidente argentino, Alberto Fernández, repudió "el intento de golpe de Estado" en Brasilia y, como presidente pro tempore de la Celac y el Mercosur, llamó a los países miembros a unirse "en esta inaceptable reacción antidemocrática que intenta imponerse en Brasil".
Así lo manifestó el jefe de Estado argentino en su cuenta de Twitter, donde aseveró: "La democracia es el único sistema político que garantiza libertades y nos obliga a respetar el veredicto popular".
"Quienes intentan desoír la voluntad de las mayorías, atentan contra la democracia y merecen no solo la sanción legal que corresponda, sino también el rechazo absoluto de la comunidad internacional", añadió Fernández respecto a la toma del Palacio del Planalto, el Congreso Nacional y el Supremo Tribunal Federal (Corte Suprema), en Brasilia.
En esa línea, el mandatario expresó su "repudio a lo que está sucediendo en Brasilia" y manifestó su "incondicional apoyo y el del pueblo argentino a (el presidente brasileño) Luiz Inácio Lula da Silva frente a este intento de golpe de Estado que está enfrentando".
“Lamentamos y condenamos las acciones llevadas a cabo en Brasil que atentan contra la democracia y las instituciones”, dijo el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, mientras la cancillería de ese país hizo “un llamado a respetar el estado de derecho, la democracia y al gobierno”.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sostuvo que las imágenes de los intentos golpistas en Brasilia "replican con exactitud" las del seis de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos y que ello "no es casual", e instó a hacer un análisis "profundo y descarnado" sobre el avance de las "nuevas derechas".
Alertó seguidamente que "los discursos del odio en medios de comunicación y redes sociales, la estigmatización del que no piensa igual, hasta querer inclusive suprimir su vida y la violencia son el signo contemporáneo de las nuevas derechas".
En ese contexto, dijo que "no basta con el imprescindible repudio o la necesaria condena".
Por ello exhortó a que "quienes creemos en lo nacional, popular y democrático debemos darnos además un análisis profundo y descarnado frente a este fenómeno que más allá de la existencia de organizadores, financiadores y responsables (que siempre los hay) captura a segmentos de la población (inclusive algunos en contra de sus propios intereses económicos) para jaquear la democracia".
Y concluyó: "Confiamos en la experiencia de Lula para afrontar este verdadero desafío a la democracia del Brasil".
Paralelamente, el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, afirmó que seguía “con preocupación los hechos que están ocurriendo en Brasil” y subrayó que “el camino siempre debe ser el respeto a las instituciones, a la democracia, a la libertad y la no violencia”.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, calificó como “impresentable” el ataque contra los edificios de los tres poderes en el distrito federal de Brasil.
“El gobierno de Brasil cuenta con todo nuestro respaldo frente a este cobarde y vil ataque a la democracia”, agregó Boric.
Por su parte, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó que “el fascismo” decidió “dar un golpe” en el país sudamericano, le dio toda su "solidaridad a (el presidente Luiz Inácio) Lula (da Silva) y al pueblo de Brasil" y subrayó que “es hora urgente de reunión de la OEA (Organización de Estados Americanos) si quiere seguir viva como institución.
El titular del Ejecutivo ecuatoriano, Guillermo Lasso, que al igual que Boric, Petro y Fernández estuvo en la asunción de su par brasileño, condenó "las acciones de irrespeto y vandalismo perpetradas a las instituciones democráticas en Brasilia" que "atentan contra el orden democrático y la seguridad ciudadana".
"Expreso mi respaldo y el de mi Gobierno al régimen de Lula legalmente constituido", agregó.
En tanto, el presidente de México, Andrés López Obrador, opinó que fue "reprobable y antidemocrático el intento golpista de los conservadores de Brasil azuzados por la cúpula del poder oligárquico, sus voceros y fanáticos".
"Lula no está solo, cuenta con el apoyo de las fuerzas progresistas de su país, de México, del continente americano y del mundo", añadió.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, afirmó que condenaba “el ataque a las instituciones en Brasilia, lo cual constituye una acción repudiable y un atentado directo a la democracia”, y remarcó que “estas acciones son inexcusables y de naturaleza fascista”.
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) publicó su "su respaldo al Gobierno de Lula, elegido por el pueblo de Brasil, y rechaza las acciones violentas contra las instituciones democráticas brasileñas".
En Estados Unidos, el presidente Joe Biden, de visita en la ciudad fronteriza El Paso, en el estado sureño Texas, dijo que le parecía "escandalosa" la invasión de los edificios públicos en Brasil.
Más temprano, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, había afirmado que su país “condena cualquier intento por socavar la democracia” y aseguró que Biden seguía “de cerca la situación”.
“Condenamos los ataques a la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema de Brasil hoy; usar la violencia para atacar las instituciones democráticas es siempre inaceptable; nos unimos a Lula para instar al cese inmediato de estas acciones”, agregó el secretario de Estado, Antony Blinken.
A la vez, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, expresó su “apoyo total al presidente Lula, democráticamente elegido por millones de brasileños en unas elecciones justas y libres”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó que “la voluntad del pueblo brasileño y las instituciones democráticas deben ser respetadas” y agregó que Lula “puede contar con el apoyo indefectible de Francia”.
"Todo mi apoyo al presidente Lula y a las instituciones libre y democráticamente elegidas por el pueblo brasileño; condenamos rotundamente el asalto al Congreso de Brasil y hacemos un llamamiento al inmediato retorno a la normalidad democrática", dijo el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, en Twitter.
El expresidente de Bolivia Evo Morales también se solidarizó con el líder del Partido de los Trabajadores de Brasil.
"Condenamos y repudiamos las acciones golpistas de bolsonaristas que asaltaron el congreso y otras instituciones democráticas de #Brasil. Nuestra solidaridad con el hermano Lula y pueblo brasilero. La derecha bolsonarista sigue el ejemplo de Trump y no admite su derrota", tuiteó.
Por su parte, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez le envió su "respaldo" a su par brasileño y condenó "enérgicamente los actos violentos y antidemocráticos que ocurren en Brasil, con el objetivo de generar caos e irrespetar la voluntad popular expresada con la elección del presidente Lula".
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