La sorpresa y el desconcierto fueron marcados por la llegada repentina del radar, que se descubrió que había estado operando en la zona durante más de un año sin una comunicación oficial. Según Roma Alancay , esta situación ha sobrepasado a las autoridades tanto a nivel nacional como provincial, generando incertidumbre sobre cómo se permitió la instalación de este dispositivo estratégico en nuestra provincia.
El radar en cuestión tiene un alcance de 200 a 2000 kilómetros y puede monitorear tanto actividades civiles como militares. Esta ubicación estratégica cerca de las Islas Malvinas ha despertado preocupaciones sobre la seguridad y la defensa de la soberanía argentina en la región. La comunidad y los veteranos de guerra se han movilizado en una serie de banderazos para exigir el retiro del radar y garantizar la seguridad y la integridad territorial.
En cuanto a los banderazos, Roma Alancay subrayó que estos actos se han llevado a cabo pacíficamente, sin la intención de recurrir a acciones violentas. Los veteranos de guerra han hecho un llamado a la comunidad para unirse en una protesta en la Plaza Cívica de Río Grande el 26 de agosto a las 11 de la mañana, donde se espera que los asistentes porten banderas argentinas en solidaridad con la causa.
Además de la protesta por el radar, Roma Alancay también compartió detalles sobre el proyecto de una carpa permanente de la vigilia en honor a los veteranos de guerra. El proyecto consiste en la construcción de un espacio similar a la emblemática e histórica carpa, donde se exhibirán fotografías y se ofrecerán charlas para la comunidad y las escuelas.
El apoyo de los veteranos de guerra a nivel nacional ha sido destacado, y se espera que el tema se aborde en un congreso de centros de veteranos de guerra en La Pampa en septiembre. La voz de la comunidad y la perseverancia de los veteranos de guerra en la causa de Malvinas siguen siendo vitales para mantener viva la lucha por la soberanía y la integridad territorial.