“El vino se estaba llevando a un mundo muy complejo”, analizó Francisco Rodríguez, uno de los responsables de Corbeau Wines, una bodega de Mendoza que tiene como misión acercar a las nuevas generaciones la bebida nacional. Una de las particularidades de la pyme es que algunas de sus opciones tienen una variedad poco conocida que se llama Ancellotta, de origen italiano.
“Para ese entonces, 2007 o 2008, había sólo 20 hectáreas en Argentina de esta cepa; nos enamorados del potencial que tenía con el Malbec”, declaró el especialista y contó que no fue fácil trabajar con este diferencial, aunque ahora “creció mucho”.
“La idea nuestra siempre fue invitar a los consumidores millennials y hasta centennials a este mundo y simplificarles la decisión”, dijo Rodríguez.