TEMPORADA

De norte a sur: tres propuestas de turismo productivo que conectan naturaleza, gastronomía y economía rural

Desde los Valles Calchaquíes, la costa sudeste bonaerense y la Patagonia argentina tres emprendimientos desarrollan el "turismo productivo" que permite al visitante conectar con la naturaleza, la gastronomía local y conocer y apoyar la economía rural e identitaria del lugar.

 

Qué es el turismo rural

El turismo rural en la Argentina se consolidó desde hace unos años como una estrategia clave para potenciar el desarrollo productivo y el arraigo comunitario en distintos territorios del país y desde el Instituto de Tecnología Agropecuaria (INTA) se desplegó un trabajo articulado con productores locales y actores del sector público y privado para vincular el turismo con las actividades productivas tradicionales.

"Desde el INTA proporcionamos acompañamiento técnico y herramientas de gestión a los emprendedores rurales", señaló Marina Guastavino, coordinadora de la Red Estratégica de Conocimiento de Turismo Rural, quien subrayó que el turismo productivo no solo dinamiza las economías locales, sino que también refuerza la identidad de las comunidades rurales, generando vínculos entre los turistas y los productores.

 

Bariloche

Entre las iniciativas impulsadas por el INTA, está el del emprendimiento de Agroturismo y Alimentos Locales El Manso, ubicado a 90 kilómetro de Bariloche, Río Negro, donde la familia Santana combina la producción de frutas finas, huerta, mermeladas, quesos y cervezas artesanales, con opciones de alojamiento y actividades recreativas.

"Hoy en día, todo el valle se está convirtiendo en un destino de agroturismo. La idea es potenciar eso y ofrecer productos naturales, al mismo tiempo que hospedaje. Esta iniciativa permitió que nuestros hijos regresaran y tengan una fuente de trabajo", explicó Óscar Santana de El Manso y destacó que "dentro del predio, los visitantes pueden ir al río y hacer ciclismo. Es un lugar de descanso, donde las familias pueden caminar, conocer y pasarla bien, en un entorno natural único".

 

Salta

En Seclantás, Salta, el restaurante Casa Díaz Seclantás ofrece una inmersión gastronómica que rescata las técnicas culinarias ancestrales, promueve el consumo de alimentos locales y la conexión con las raíces culturales calchaquíes.

Este emprendimiento se transformó en un referente turístico que combina la sostenibilidad con experiencias personalizadas.

Pío Díaz Herrera, propietario del emprendimiento, explicó que "lo que más nos enorgullece es generar puestos de trabajo locales y la revalorización de la cultura calchaquí y andina. Nuestros platos tradicionales se preparan con ingredientes elaborados por productores de la zona, respetando lo ambiental y a la madre tierra, y generando un beneficio económico para la región".

"Tratamos de recuperar los saberes de mis abuelos en la producción y preparación de nuestros alimentos. Buscamos que nuestros visitantes se vinculen con la naturaleza y que haya un aprendizaje, que coman aprendiendo y que aprendan comiendo", destacó Díaz Herrera, dueño del emprendimiento que se ubica en una casona familiar de 1834.

Casa Díaz Seclantás ofrece platos típicos como costillar guateado al horno de barro, charquisillo, frangollo con chargui y dulce de tomate casero con machacado de queso de cabra y nueces, entre otras delicias de la cocina salteña.

 

Claromecó

En las cercanías de Claromecó, Buenos Aires, vive y trabaja una familia argentina-holandesa, integrada por Marco Van Strien y Margarita Tourn, quienes llevan adelante el emprendimiento agro-ganadero Argelanda.

"Durante todo el año, y especialmente acompañando la temporada de verano ofrecemos varias opciones: visitas guiadas al espacio productivo para que las familias conecten con el origen de los alimentos, tardes de sauna y piscina o la observación de esa otra inmensidad que es el cielo estrellado cuando no hay luces artificiales", explicó Margarita.

Además detalló: "También hacemos jornadas de arte cuyas obras terminan interviniendo el balneario, todo acompañado con la degustación de productos del campo que muchas veces incluyen una ronda junto al fuego para asar el propio pan".

"Vivimos la vida de una forma armoniosa con el entorno. Nosotros hemos logrado tener una sustentabilidad también económica en este campo, trabajando de manera muy artesanal", destacó la emprendedora.

Además explicó: "Buscamos que nuestros visitantes tengan la oportunidad de conectarse con esta forma de llevar el día a día. Es simple, es abrir la tranquera, abrir la casa para que la gente pueda reencontrarse con algo que de lo que nos hemos alejado mucho como sociedad que es el origen de lo que comemos".

Desde el INTA se informó que la creación de plataformas como Experiencia Rural,  desarrollada en colaboración con CAME, permite visibilizar estos emprendimientos y conectar a los productores con un público más amplio, extendiendo las oportunidades de comercialización y promoción.