Por Daniel Corujo, desde Nueva York
El tandilense Juan Martín Del Potro derrotó, sin brillar y castigando con su derecha en los momentos claves, al siempre “molesto” español Fernando Verdasco por 7-5, 7-6 y 6-3 para clasificar a los octavos de final del abierto de los Estados Unidos, último Grand Slam de la temporada 2018.
El primer set del partido fue decididamente aburrido. Sin errores groseros, pero aburrido. Palo y palo. Una estrategia que, a priori, no parecía la mejor para el español ante Juan Martín, pero que sin embargo, lo llevó con chances hasta el 5 iguales.
En el final del primer set llego lo mejor del espectáculo hasta alli. El quiebre de Del Potro con un sensacional cierre en la red y tras el 7-5, un bailarín (?) cuarentón, con algo de panza, que empieza a bailar al ritmo de la música y se va sacando remeras del torneo hasta quedarse con la de “I love NY”. Bin ya qui. Eso prendió al público.
Y de hecho también prendió al tandilense que quebró el servicio de su rival de arranque, pero cuatro derechas que nunca volvieron y tiró un puñado de drops efectivos.
Pero, siempre hay un pero...Del Potro se cruzó con un espectador. Se quedó enganchado. Insólita e innecesariamente enganchado. Tanto que le permitió a Verdasco meterse en el set. Y hasta en un tie break que Del Potro definió a puro derechazos ante una excelente versión tenística del español.
En el tercer set Verdasco “sintió” el golpe de jugar muy bien y perder el segundo capítulo. Al igual que en los primeros parciales, Del Potro fue el primer en quebrar y tomar ventajas. Sólo que esta vez, no le dio chances con su servicio. Mantuvo la bentaja. Y cerró su pase a octavos de final.
Ahora, el rival es croata Borna Coric (venció al ruso Medvedev por 6-3, 7-5 y 6-2), pero el argentino deberá mejorar bastante su rendimiento con respecto a las tres primera vueltas si quiere seguir adelante en el Grand Slam neoyorquino.