El fiscal general de Tucumán, Antonio Gustavo Gómez le dijo a LT11 que el cura Juan Viroche no se suicidó. "Es un cura que amaba la vida y defendía a los chicos que caían en las redes de la droga y lo llevaba a los centros de recuperación”.
Gómez asegura el sacerdote había recibido amenazas de muerte a raíz de sus denuncias contra bandas dedicadas a la venta de drogas en los barrios y aseguraron que por este motivo había pedido al arzobispado de Tucumán su traslado.
Pese a que las criticas apuntan hacia él, el arzobispo de Tucumán, monseñor Zecca, recién le había solicitado su traslado este domingo.
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