El Futre es una de las leyendas más tradicionales de la provincia de Mendoza, en el oeste de Argentina. Una provincia famosa a nivel mundial por la calidad de sus vinos y por recostarse a los pies de la Cordillera de los Andes.
Hay dos versiones de cómo nació esta historia. Un gaucho ebrio, que se durmió con su cuello sobre las vías de un tren que sin poder parar, lo pasó por encima decapitándolo. O la de un inglés que llegaba mensualmente con desdén y parsimonia británicas a pagarles a los cientos de criollos que mantenían las líneas ferreas que comenzaban a extender en el siglo 19 por todo el país.
Según esta versión, se trataba de Mr. Foster que en la pronunciación criolla pasó a ser Mr. Futre, como también en Chille llaman a las personas impecables, inmutables.
Los que cuentan la versión del inglés dicen que se volvió alma en eterno vagabundear cuando por una tormenta de nieve debió refugiarse en una cueva de la pre-cordillera.
Allí se topó con unos maleantes que le robaron todo el dinero de los sueldos que debía pagar, y que,para liquidar la tarea, lo decapitaron.
La cuestión es que el Futre se aparece en noches de invierno, cuando el viento y el frío arrecían. Y se aparece ante viajeros desprevenidos o ante borrachines que vuelven a su casa, en noches cerradas.
Se acerca impecable de traje, atildado y con paso seguro entre la neblina que el frío provoca por esos lares. Y portando su cabeza en una de sus manos, pregunta si alguno de sus eventuales interlocutores conoce el camino de regreso a la ciudad de Mendoza adonde debía rendir cuentas a los patrones de que había sido robado.
Dicho ésto, comienza a diluirse en la espesura de la noche, sin esperar respuestas. Para seguir vagando eternamente, condenado a repetir su pregunta.
Mr. Foster realmente murió en manos de unos delincuentes que lo asaltaron en su compamento de la localidad cordillerana de Las Cuevas. Y existe una tumba a su nombre en el antiguo cementerio de Uspallata.
En edición: Fabian Panizzi
En web: Julián Cortez
En la producción: Silvana Avellaneda
