Esta semana, la Cámara de Senadores aprobó, por unanimidad, la "ley Justina", que marca un quiebre en la donación de órganos en la Argentina. A partir de ahora, todos los mayores de 18 años son donantes, a no ser que manifiesten su voluntad de no serlo. "Por cada donante, existe la posibilidad de que siete personas salven y mejoren su calidad de vida", afirmó Alberto Maceira, presidente del INCUCAI, en diálogo con el equipo del Estado en tu radio.

Actualmente, hay 11.000 pacientes que esperan por un órgano

Si bien la ley fue aprobada por unanimidad en ambas cámaras, más de un millón de personas se registraron para expresar su voluntad de no ser donantes. "Tiene que ver con la información. Esto es absolutamente transparente y claro. Estamos trabajando fuertemente para informar a la población que el proceso de donación es transparente y no existe posibilidad de robo de órganos", indicó.