Por Fabián Codevilla - @Pomelo_10
Ser fieles a su deber como musulmanes o a su responsabilidad como futbolistas y representantes de su país es el dilema.
El mes de Ramadán, que comenzó hace casi un mes en el mundo musulmán, va a ser objeto de controversia deportiva, ya que los jugadores de países islámicos, que serán más numerosos que nunca en Rusia, se plantean el dilema de si deben o no ayunar en plena cita mundialista.
El Ramadán, noveno mes del calendario lunar islámico, se lleva acabo en la mayoría de países de confesión musulmana, y se prevé que acabe el 14 o el 15 de junio, los dos primeros días de competición.
En este Mundial participan seis países con una población musulmana superior al 90 % (Marruecos, Túnez, Senegal, Egipto, Arabia Saudí e Irán), a los que hay que sumar a Nigeria (donde el islam es la religión mayoritaria) y a los futbolistas musulmanes, hijos de inmigrantes, dispersos por selecciones como Francia, Alemania, Bélgica o Suiza.
Cuatro de estas selecciones debutarán en las dos primeras jornadas del torneo, que coincidirían con el término del Ramadán: Arabia Saudí que juega contra Rusia el partido inaugural, el jueves 14, Egipto que enfrentará a Uruguay el viernes 15 y Marruecos e Irán que se enfrentarán entre sí ese mismo día.
Durante el Ramadán, los musulmanes tienen prohibido comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales desde la salida del sol hasta el ocaso. Evidentemente, el ayuno alimenticio es lo más preocupante para entrenadores y médicos, máxime en esta época del año, cuando ni siquiera Rusia se libra del calor.
El seleccionador de Egipto, el argentino Héctor Cúper, manifestó con claridad su inquietud cuando declaró: "Tendré un problema durante el Mundial: el Ramadán. Mis jugadores ayunan desde que sale el sol y hasta que se pone ¿Cuándo entreno? ¿A las cinco de la mañana? Yo no puedo hacer entrenar a alguien que no bebe líquido ni tiene calorías en el cuerpo".
La máxima autoridad religiosa musulmana de Egipto, el gran muftí Shauqui Alam, emitió una fetua (edicto religioso no vinculante) que exime a los futbolistas de la selección nacional del ayuno durante el ramadán, dejando en sus manos la decisión de hacerlo o no. Arabia Saudí, dirigida por otro argentino, Juan Antonio Pizzi, aprobó una disposición semejante. Por tanto se trata de una decisión privada y personal, que pondrá a muchos jugadores convocados para el Mundial en una difícil tesitura: ser fieles a su deber como musulmanes o a su responsabilidad como futbolistas y representantes de su país.
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