El periodista y divulgador de temas históricos Adrián Pignatelli recordó el caso del vicepresidente, ministro, legislador y jefe de Policía, por quien se crearon las jubilaciones de privilegio, aunque él se negó de plano a recibir. Si bien ocupó los más altos cargos en la política argentina, rechazó la primera jubilación de privilegio en la historia porque consideraba inmoral cobrarle al pueblo por su servicio. Su historia contrasta con la de muchos ex funcionarios de primeros cargos, que accedieron y acceden a beneficios exclusivos tras desempeñarse en lugares de poder.
"Él fue vicepresidente de Álvear, y cuando asume su vicepresidencia se negó a cobrar el sueldo, porque decía que eso era un honor, y que si hacía bien su trabajo "el prestigio le daría más valor que el dinero". En 1916 tenía un patriminio de 350 mil pesos y en 1930 cuando los militares hacen el golpe contra Yrigoyen "tenía 65 mil pesos pero en deudas". Y se fue a vivir a una pensión porque le hipotecaron su casa.
González rechazó dinero que le quiso enviar el ex presidente Justo. El dueño de anilinas Colibrí le ofreció también pagarle un sueldo como ex vicepresidente, y él tampoco quiso cobrarlo sin trabajar. "Por lo que lo emplea y empienza a hacer corretajes de anilinas por el centro porteño. Luego lo ponen al frente de morosos incobrables", contó.
Ya en septiembre de 1938, durante la presidencia de Ortiz, promulgan la ley de jubilación de privilegio "para presidentes y vicepresidentes", pero Elpidio se niega a cobrarla. "La jubilación continuó y todos se beneficiaron de la misma, a excepeción de Elpidio", agregó el periodista.
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