Por Gustavo Ger
Treinta y seis años después, Argentinos Juniors volvió a disputar una serie de octavos de final de Copa Libertadores empatando 1 a 1 con River en el Monumental. Un partido histórico para el club, en un buen momento futbolístico e institucional. Y el Bicho estuvo a la altura.
Argentinos quedó bien parado en el primer partido de la serie de octavos de final de la Copa Libertadores. La sensación es buena, pensando que jugó contra uno de los candidatos y el gran animador del torneo en el último lustro. Argentinos padeció en el arranque principalmente por los desmarques de los delanteros de River, de hecho así vino el primer gol. Tras el pase largo de Paulo Díaz, Carlos Quintana quedó afuera de acción, Torren llegó tarde a la cobertura y Brian Romero con un control orientado de cabeza dejó fuera de acción a Kevin McAllister para ceder a Matías Suarez que definió solo ante Chavez.
Tras la primer media hora de partido, poco a poco el equipo de Milito fue ajustando, se paró más cerca de los lanzadores y presionó los pases largos, eso evito que los delanteros ganaran la espalda, el equipo empezó a salir del agobio y se soltó. Florentín disputó una pelota en la banda izquierda y tras el lateral, vino el centro de Elías Gómez de izquierda a derecha y Sandoval conectó para que Hauche convirtiera el empate. La llegada del lateral volante a posición ofensiva, la fórmula para el gol en el conjunto de Milito. De igual a igual fue la tónica en el segundo tiempo, con Argentinos más retrasado y con poca contra, pero disputando cada pelota como si fuera la última.
Un empate que ilusiona en la Paternal por la imagen que dejo el equipo en cancha de River: equipo sólido, esforzado, que intenta jugar cuando puede, que suple la carencia de jerarquía por un sistema en donde está todo planificado y ensayado. El Argentinos de Gabriel Milito espera la vuelta en el Diego Armando Maradona con ilusiones intactas tras el primer partido.
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