Si bien Ricardo Centurión, cuando estaba bajo la lupa de los dirigentes, no hizo muchas cosas bien, quedó en el medio de una interna entre el presidente de Boca, Daniel Angelici, y el entrenador del primer equipo, Guillermo Barros Schelotto.
El foco, claramente para la mayoría de los medios, está puesto en Centurión. Y es lógico. Es lo que más polémica y visibilidad genera. Pero la “victoria” de Angelici fue importante. Guillermo lo pidió hasta el cansancio al “Caco”. Hasta lo llamó más de una vez por teléfono. Y ya antes de fin de año, antes incluso que se fuera Centurión, el titular de Boca no quería saber nada con el jugador por su comportamiento fuera de la cancha (incluyendo una denuncia por violencia de género).
Esta la ganó Angelici. Pero parece que la próxima la pierde nomás. “Wanchope” Abila, querido por Daniel y no solicitado por Guillermo, no llegaría a Boca. Quedarán entonces, el dirigente y el entrenador 1 a 1.
Se habrá equivocado Angelici al no ser flexible con Centurión? Guillermo tendrá, con esta situación, una excusa si las cosas no salen del todo bien deportivamente hablando? El “tiroteo” público del futbolista al presidente dejará mal parado al técnico?
Están 1 a 1. Con que determinación desempatarán Angelici y Barros Schelotto?
