Juan Grabois y Javier Milei debatieron durante cinco horas. Sobresalieron las definiciones de quien se hace llamar libertario. También quedaron expuestas las limitaciones de la proclamada “superioridad intelectual” que ostenta y mucho periodismo le atribuye.

Por debajo de la cantidad de citas a economistas austríacos que propala por minuto, hay un liberalismo elemental, con las aristas mas brutales de su fase neoliberal llevadas a una caricatura que no es tal. Milei defiende lo que liberales argentinos piensan pero (todavía) no dicen: libertades para vender un brazo a cambio de comida o vivienda y a morir de hambre. Su logro: correr el debate público a la derecha de la derecha.

Escuchá la columna de Sergio Tagle: