Lo reveló un estudio del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria que analizó la presencia del metal en el agua que se utiliza para consumo o riego en Santa Fe y otras cuatro provincias del centro y el norte del país.
La exposición de la población a través del consumo aumenta la posibilidad de padecer enfermedades crónicas o graves.
Así lo explicó por Nacional, Ariel Bardach, médico y director del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria que llevó a cabo el relevamiento:
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