Laura Grassi es azafata, estuvo en contacto directo con el primer contagiado de COVID-19, en 2020 y, desde ese momento, realiza crónicas periodísticas desde Roma para detallar el día a día de la pandemia.
En diálogo con Panorama Nacional, explicó las medidas de flexibilización dispuestas por el gobierno de Mario Draghi debido a la declaración de zona blanca ó de bajo riesgo epidemiológico de las distintas regiones de Italia.
Estas incluyen el levantamiento del toque de queda nocturno, de las restricciones al comercio mientras que, según precisó Grassi "se analiza dejar de usar barbijo al aire libre” en pocos días.
Por otro lado, contó que “560 mil personas son vacunadas diariamente”, y que se trabaja para alcanzar a la población joven, incluso para que puedan ser inmunizados “dentro de los boliches”.
Admitió que “hay preocupación por la variante Delta que es 74 por ciento más contagiosa que la cepa británica, que afectó seriamente a Italia” pero que “la única herramienta es contar con las dos dosis de la vacuna” que garantizan protección.
Grassi advirtió que el mundo transita “los últimos 100 metros de un recorrido largo”, que el coronavirus “no tiene bandera política” y requiere “conciencia individual”.
Por otro lado, se refirió al Pasaporte Verte que permitirá compartir espacios con personas que están vacunadas y consiente el ingreso a personas que lleguen desde la Unión Europea, Estados Unidos, Japón y Canadá.
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