Por Daniel Corujo -
Djokovic y el arte de aprovechar los momentos
Juan Martín Del Potro chocó en la final del abierto de Estados Unidos contra el mejor jugador del momento, el serbio Novak Djokovic quien se quedó con la copa más linda del US Open por 6-3, 7-6 y 6-3.
La pequeña-gran diferencia entre el argentino y el serbio fueron fundamentalmente dos. La primera el aprovechamiento integral de cada oportunidad que tuvo Djokovic (similares en cantidad a las de Juan Martín). Y la segunda fue el juego del europeo de la mitad de la cancha hacia adelante. Allí, el europeo, fue implacable.
El partido definitorio se jugó por el techo cerrado del estadio “Arthur Ashe” por la lluvia. Después de dos semanas a puro calor, Nueva York tuvo un domingo de apenas 16 grados.
En el primer set Djokovic quebró cuando nadie lo esperada. Cada uno iba, relativamente cómodo, con su servicios y el octavo game, cuando Juan Martín sacaba 40-0 y en un par de minutos, se desató la tormenta...
Un par de grandes devoluciones de Nole. Del Potro obligado a pegar corriendo demasiado lejos de las lineas hacia los costados. Enseguida se puso 40 iguales. No hubo reación del argentino. Entregó dl servicio y luego el set (6-3).
En el arranque del segundo capítulo todo seguia mal para el argentino. En ese inicio parecía que Djokovic jugaba un segundo más adelante de los golpes del argentino. Y se puso 3-1.
Tras un game complicado de saque para el tandilense, lo sacó a flote y en minutos, cuando pocos lo esperaban, transformó aquel 1-3 en 4-3. Deporte raro...
Tan raro como que un juego dure 22 minutos. Que fue lo que ocurrió en el octavo game. A Del Potro se le fueron tres chances de quiebre. Y fuimos al tie break.
Condimentos sobraron. Picó 3-1 Juan Martin con tres miniquiebres. Erró dos derechas relativamente cómodas teniendo el tenis que tiene y le facilitó el laburo al europeo. Fue 7-4.
El tercer set, a la postre el final, fue muy parecido al anterior. Arrancó 3-1 Djokovic. Igualó en 3 Del Potro. Pero para esa altura el argentino ya no pudo pegar bien parado el drive. Djokovic lo movió para los costados como nunca en los parciales anteriores. Aparecieron gestos de cansancio en el tandilense, y el partido llegó a su final.
Fue un encuentro por momentos vibrantes. En pasajes jugado al borde de la excelencia. Djokovic lo ganó, simplemente, porque en esta segunda mitad del año es el mejor de todos.