Nada de turismo, ni compras en shoppings. Testeos permanentes. Control sobre los tres acompañantes máximos de cada jugador (flexibilizaron, antes era uno). Multas. Penalizaciones. Es lo que prepara Nueva York para su famosa burbuja donde se jugará primero el Master 1000 de Cincinatti y luego el US Open desde el 22 de este mes.

Hay puntos que a los jugadores le dejaron muy claro. Si alguno de sus acompañantes da positivo en el examen de COVID-19, será descalificado del torneo. Esto corre para cualquier ronda de juego. Y eso provocó que varios Top-100 que tenían dudas, se bajaran del torneo.

Los jugadores que dieran negativo, pero que ya pasaron la enfermedad (como Novak Djokovic) se someterán a pruebas cada cuatro días y los que no la sufrieron se harían test cada siete días.

Otro de los puntos, que generó alguna polémica, fue que tenistas podrían optar por alquilar una vivienda (y no ir a uno de los hoteles sugeridos por la organización), pero deberán costearse un servicio de seguridad privada 24 horas.

También se señaló que si un jugador decide abandonar las instalaciones sin permiso escrito del jefe médico o director del torneo, será retirado de la competición: el tenista recibirá los puntos ganados en la última rondas completadas y tendrá una multa.