La licenciada Bárbara Ruffini, M.P. 1972, en su columna semanal de Psicología y Neurodesarrollo comentó que “Muchas veces llega la consulta de padres y madres preocupados porque el hijo no sigue las consignas, se frustra fácilmente, grita o pega. De mis pacientes neurodivergentes, con todos debo trabajar las habilidades sociales. Ya sea por falta o por exceso en las habilidades sociales, no para de hablar, no deja meter bocado. Las habilidades sociales son el equilibrio entre el se inhibe y no puede, o el que no deja a hablar a los demás. Se confunde con los modales, es una delgada línea. ¿No saluda porque es maleducado o porque tiene un nivel de inhibición al punto que le da taquicardia? Dominar las habilidades sociales permite una mejor toma de decisiones, comprender nuestras emociones. Identificar la cara de enojado de mi amiguito porque no le presté el juguete. Son cosas sencillas que a veces no se abordan”, destacó la licenciada.
“La habilidad social está atravesada por cuestiones personales, sociales. Jugar es una mínima parte. Son comportamientos sociales que uno va aprendiendo a lo largo de la vida, que dependen de contextos sociales. Cómo se relaciona la gente con el calor, con el frío, corporalmente se comporta distinto. Ahí entra el juego, o simplemente la interacción con otros. Aprender a escuchar, poder sostener una conversación, poder preguntar, poder decir gracias, en el neurodesarrollo siempre arrancamos desde allí. Luego trabajamos cuestiones mas complejas como saber pedir ayuda, seguir instrucciones, tener reciprocidad en un intercambio. Cuando los terapeutas jugamos, escuchamos, enseñamos a esperar a un turno, a aprender a frustrarse, son cosas básicas que a veces suena extraño tener que explicarlo”, ejemplificó Ruffini.
La licenciada en psicología concluyó: “Por eso, siempre lo mejor es el modelo. Por eso es tan importante la familia. Por ejemplo, si la familia no saluda, es difícil que el niño aprenda a saludar. Es un factor a identificar. No siempre se trata de déficits. Los modelos son una clave, y también colaboran cuando hay déficits en el neurodesarrollo. Y la evolución de las habilidades se trabajan de manera conjunta entre psicología, psicopedagogía, fonoaudiología, terapia ocupacional, se hacen duplas terapéuticas y también se trabaja en la grupalidad”.