Las organizaciones nucleadas en la Federación de Inquilinos Nacional le entregaron una carta al presidente Alberto Fernández. A través del escrito, dieron cuenta a la autoridad nacional sobre la necesidad de definir la extensión del decreto 320 del 29 de marzo de 2020, ampliado en 24 de septiembre de 2020 a través del decreto 766/2020, que suspende los desalojos y congela el precio de los alquileres y que finaliza el 31 de enero.
En contacto con Radio Nacional San Juan, Víctor Bazán, representante de la Asociación de Locatarios de San juan contó que "nosotros venimos trabajando sobre la extensión del decreto -320/2020- y lo hemos pedido hasta diciembre de 2021, y por lo que nos han contestado desde el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, la posibilidad de que se extienda, existe pero sería hasta el 31 de marzo", remarcó.
Carta completa enviada al presidente de la Nación, Alberto Fernández.
Los abajo firmantes pedimos la extensión del decreto 320/20, por los urgentes motivos que aquí le transmitimos.
El alquiler es la forma mayoritaria de acceso a la vivienda para las familias trabajadoras de la Argentina.
Y en el marco de la absoluta privatización de toda la cadena de acceso a la vivienda, un derecho fundamental está siendo negado a cada vez más personas. El suelo, las condiciones de acceso al contrato de alquiler, el precio de la locación y la cotización de las viviendas se rigen por la expulsiva “libertad de mercado”. Y como del techo no se puede prescindir, la especulación y el abuso son moneda corriente. La frase “si no te gusta, andate” es moneda corriente.
El virus agravó el problema de manera exponencial, al obligarnos al encierro, que en muchos casos es hacinamiento. Además, las consecuencias económicas de la pandemia provocaron la reducción drástica de nuestros ingresos, sin que los precios de la vivienda disminuyeran. Hoy en día la mitad del ingreso total de nuestros hogares se destina sólo a pagar el alquiler.
En estas condiciones, el decreto firmado por el presidente de la Nación a fines de marzo y renovado en septiembre es una herramienta básica para evitar una catástrofe habitacional. Pero los propietarios y sus representantes, las inmobiliarias, se niegan a cumplir con la prórroga de los contratos, la suspensión de desalojos, el congelamiento de los alquileres y el refinanciamiento de las deudas.
Para que la normativa se convierta en una política efectiva, necesitamos un Estado protagonista en el control.
No hay dudas de que en el 2021 el Estado tiene que continuar con su voluntad de proteger a todos los que alquilamos viviendas, hoteles y pensiones. Es urgente que el 25% de los hogares que viven bajo techo rentado, reciban el año que comienza con la esperanza y la seguridad de no ser desalojados o hacinados en viviendas familiares.
El gobierno nacional tiene la obligación moral de fomentar y ayudar al desendeudamiento financiero de los millones de inquilinos, con el objetivo de recuperar un mínimo grado de sustentabilidad y tranquilidad para sus familias.
Más allá de la urgencia, el Estado nacional tiene que asumir el desafío de construir una política integral, moderna y democrática de vivienda.
Apostar como recurso salvador a la construcción de viviendas no sólo es anacrónico e insuficiente, sino que nos puede conducir nuevamente al fracaso. Mientras el mercado inmobiliario siga teniendo el control de decidir quién puede vivir dignamente y quién no, el Estado estará condenado a correr de atrás los problemas que genera un mercado cada vez más expulsivo, irresponsable y egoísta.
En este crucial tiempo histórico, la vivienda no puede seguir siendo un negocio super rentable para unos pocos mientras nuestro pueblo no sabe dónde va a vivir mañana.
Por todo esto le pedimos al presidente de la República, al Jefe de Gabinete de Ministros y al ministro de desarrollo territorial y hábitat, que extiendan cuanto antes el decreto 320, tal y como nos fuera prometido por el Ministro de Hábitat en reunión celebrada el 30 de noviembre pasado. La importancia de anunciar esta medida con prontitud está directamente relacionada con la angustia que padecen quienes no saben qué pasará con sus viviendas cuando, dentro de un mes, venza la vigencia de dicho DNU.
Por último, solicitamos también la elaboración de un plan de desendeudamiento para los y las inquilinas que no pudieron hacer frente al alquiler durante la crisis pandémica.
Sin más, y a la espera de su pronta respuesta.
FIRMAS:
Gervasio Muñoz - Pte Federación de Inquilinos Nacional
Juan Grabois. Pablo Moyano. Daniel Yofra. Hugo Yasky. Nacho Levy. Roberto Baradel. Eduardo Lopez. Claudio Marin. Beto Pianelli. Daniel Catalano. Fernando Dondero. Carla Gaudensi. Alejandro Gianni.
CELS. ACIJ. Colectivo Ni Una Menos.
Víctor Bazán - Asociación de Locatarios de San juan
Lorena Nuñez - Inquilinos Agrupados Tucumán.
Florencia Presta - Inquilinos Agrupados
Matías Solano - Inquilinos Santa Cruz
Fabiana Happel - Inquilinos La Pampa
Juan Arrizabalaga - Red inquilinos Tandil (Prov de Bs As)
Lisandro Sastre - Inquilinos Agrupados Salta
Adrian Canteros - Inquilinos Corrientes
Celeste Arzani - Inquilinos Agrupados Mendoza
Diego Solano - Unión de Inquilinos de Córdoba
Federico Prior - Inquilinos Neuquén
Jonathan Villanueva - Inquilinos Agrupados Entre Ríos
Juan Natalizio - Inquilinos Agrupados Avellaneda (Prov de Bs As)
Gastón Morón - Inquilinos La Plata (Prov de Bs As)
Ariel Velázquez - Secretario Administrativo FOETRA, Sec. Salud Laboral CTA CABA Fernando Montero, Secretario de Jubilados FOETRA, Sec. General Confederación de Jubilados y Pensionados de la República Argentina.
Mónica Ingravidi - Secretaria de Género FOETRA.
Belén Bavio - Prosecretaria de Asuntos Profesionales FOETRA.
Marcial Díaz - Prosecretario de Salud Laboral FOETRA.
Paula Rey Fortes - Secretaria de Cultura y Capacitación FOETRA