El padre Mariano Oberlin, referente en materia de trabajo con los sectores más postergados, señaló que “durante la pandemia se profundizaron las carencias. La gente no pudo salir a hacer las changas y eso generó un hueco muy grande”.

En diálogo con Radio Nacional, señaló que la recesión económica afectó especialmente a los más humildes, algo que se vio contrarrestado al principio con políticas como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).

“Hay un segundo momento de la pandemia en que la situación fue crítica. Hubo una explosión de solidaridad de parte de los vecinos. Ahora, por suerte, con la reactivación de las actividades económicas, las changas volvieron, pero todavía un panorama es complejo”, indicó Oberlin.

En tal sentido, señaló que “falta una sinergia entre las organizaciones sociales y el Estado para generar trabajo genuino, más allá de las colaboraciones y aportes”.  “Las inversiones tienen que ser importantes para que definitivamente la gente salga de la pobreza. Sólo con comer no se sale de la pobreza, hay otros componentes dentro de las condiciones materiales. Hay que atender la urgencia, pero esto no debe tapar lo estructural”, explicó.

El sacerdote, quien dirige la fundación Moviendo Montañas en Campo de la Ribera, remarcó también que ante la necesidad, muchos chicos debieron salir a rebuscárselas para subsistir ante la imposibilidad de concurrir a los comedores escolares por la pandemia.

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