COLUMNA DE OPINIÓN MENDOZA

La oferta laboral a través de los tiempos

“Se necesita dama (o caballero). Indispensable buena presencia”.

La frase, por años requisito sine qua non para postularse, ya no se enuncia tanto. No obstante, lo estético sigue inclinando la balanza en algunos trabajos a la hora de la elección (“¡Que se mueran los feos!”).

Luego, a la misma apertura, se le agregaba “no mayor de 30 años” (Hoy varios recién salen de la adolescencia pese a no estar insertos en esa franja etaria). En la actualidad se escuchan requerimientos de edades más avanzadas.

Hemos citado un par de ejemplos de lo más oído en las últimas décadas, para desembocar en el presente. Ahora se escucha asiduamente “Predisposición para el trabajo en equipo”.

Y es una adaptación al mundo laboral porque, en realidad, su origen es relativo a los deportes colectivos. Por caso, en el fútbol se trata de sumar talento más la llamada personalidad para lograr una conjunción que se traduzca en resultados (ganar, campeonar).

Visto el éxito, pronto se proyecto hacia las áreas políticas y/o sociales (Hasta los gobernantes hablan de Equipo) y, como apuntábamos, al ámbito del trabajo; difícilmente no aparezca la frase en los requerimientos actuales. Ahora, ¿Realmente es indispensable?

En un trabajo, lo que verdaderamente inclina la balanza en la conformación de un grupo humano competente es la labor de gerentes y ceos. Comienza, justamente, con la elección, sigue con la formación y, en el día a día, con una conducción clara por la autoridad que dan conocimiento (mayor al de subalternos) y capacidad; estricta pero respetuosa; criteriosa; inteligente para extraer lo mejor de cada empleado sin importar si es extrovertido, introvertido, simpático o no.

Sólo un liderazgo fuerte posibilitará la tan mentada "Predisposición para el trabajo en equipo". Que no abunden líderes, es otra cosa.

Por Roberto A. Bravo