El asesinato de la policía porteña Maribel Nélida Salazar, ocurrido a mediados de febrero, reabrió el debate sobre el uso de las pistolas Taser. El Licenciado en Psicología, Psicoanalista, Director del Centro Ana Frank para América Latina rechazó la incorporación de su uso, hizo hincapié en que los derechos policiales “no están protegidos y no hay miradas adecuadas sobre ellos” y consideró necesario debatir aspectos como "la formación de capacidades por parte de los efectivos".

Héctor Shalom fue enfático al indicar que las Taser “no son un recurso adecuado para sustituir la incapacidad policial de inmovilizar” y señaló que “la discusión Taser sí o no es un debate que confunde y no nos ayuda para nada”.

Su posición está vinculada a su propia experiencia en tanto coordinador en representación de la Academia de Policía de los Países Bajos y de la Fundación Ana Frank en el Programa de Desarrollo de las Capacidades de las Policías en Seguridad Pública y Derechos Humanos, en el marco de la cooperación entre Argentina y el Reino de los Países Bajos.

Shalom identificó como ejes centrales sobre los que es necesario reparar y debatir “la formación policial, las  capacidades policiales para inmovilizar e intervenir en diferentes situaciones y el uso adecuado y progresivo de la fuerza”.

En ese sentido, también consideró fundamental poner de relieve los derechos policiales “que no están protegidos” y sostuvo que “la primera violación a los derechos es la no adecuada formación y la puesta en función sin las herramientas necesarias”.

El especialista advirtió que “la demanda inmediata de que más policías es más seguridad atenta contra un proceso de formación serio”.

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