La monja Kumiko Kosaka, imputada por los abusos sexuales a chicos hipoacúsicos en el Instituto Próvolo de Mendoza, obtuvo ayer el beneficio de prisión domiciliaria hasta que la causa sea elevada a juicio oral. La defensa de las víctimas del caso criticó duramente a la Justicia provincial por autorizar esta medida. Oscar Barrera, abogado querellante, dijo a Radio Nacional mendoza que ya que ni la acusada ni su cuidador lograron superar las pericias para obtener este privilegio.
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Etiquetas: Instituto Próvolo, Justicia, Kumiko Kosaka, Pedofilia