Al final, Houston era el que tenía el problema. El esguince en el tobillo izquierdo sufrido en el J5 sacó a Kawhi Leonard, ancho de San Antonio, de un duelo clave como el de anoche. Pero, lejos de prenderse la alarma, a los Spurs se les encendieron todas las lamparitas. Con una actuación colectiva como las del pasado, los de Manu Ginóbili completaron su mejor producción en estos playoffs y consiguieron un enorme premio. Es que el 114-75 en la casa de los Rockets cerró la serie por 4-2 y los metió en su primera final del Oeste desde el 2014. Allí espera Golden State, el mejor de toda la 16/17, quien será local a partir del domingo. Ah, será la octava final de Conferencia para el bahiense, que ganó cinco de las siete previas.
El primer tiempo fue una clase de básquet de los de Popovich, que ante la ausencia de su estrella apelaron a eso que tanto rédito le dio en estos años pero que perdieron un poco ante la preponderancia que ganó Kawhi. Sí, volvió esa circulación exquisita, el sentido colectivo que trasciende los nombres, el pase extra hasta sacar una ventaja y encontrar un tiro abierto. Las 18 asistencias sobre 28 conversiones (con 56% de acierto) fueron un reflejo. En su primer ingreso, Manu entró con esa sintonía, hizo todo bien y rápidamente sumó tres pases gol. Pero hubo otros intérpretes que se lucieron. Aldridge dio el paso al frente que se le venía pidiendo y lastimó desde todos lados (16 y 7 rebotes), Simmons fue pura determinación a hizo olvidar la ausencia de Leonard con su agresividad (13 tantos), Mills aportó lo suyo (10) y Green sumó en los dos costados. ¿Y los Rockets? Se mostraron completamente superados por la situación, sin reacción, sufriendo en cada faceta (27-15 en rebotes) y con su líder (Harden) apagado y con tantos puntos como pérdidas (5). El 61-42 parcial (la máxima tocó los 21) dijo todo.
Y en la segunda mitad estuvo lejos de cambiar algo. Porque Houston no mostró ni un poquito de rebeldía para -aunque sea- reaccionar. Y porque los Spurs no bajaron en ningún momento su nivel de energía, intensidad y compromiso, situaciones en las que triplicó al de enfrente. Y, como si fuera poco, Aldridge completó su mejor partido en el equipo y bailó a todos (34 puntos, 16-26 dobles y 12 rebotes). Ginóbili terminó con dos tantos (1-5 cancha), cuatro asistencias y tres recobres en 17 minutos. Quizás, aquella tapa del cierre del J5 fue el comienzo del final para Houston, que terminó rendido ante los pies de un equipo que siempre se reinventa cuando lo necesita.
Síntesis
Houston (75): J. Harden (x) 10, Patrick Beverley 7, Eric Gordon 6, Trevor Ariza 20, Clint Capela 15 (FI). Lou Williams 8, Ryan Anderson 0, Sam Dekker 6, Troy Williams 0, Isaiah Taylor 0, Bobby Brown 3, Montrezl Harrell 0. DT: Mike D'Antoni.
San Antonio (114): Patty Mills 14, Danny Green 10, J. Simmons 18, L. Aldridge 34, Pau Gasol 10 (FI). Manu Ginóbili 2, D. Murray 11, David Lee 2, Kyle Anderson 7, Bryn Forbes 2, Davis Bertans 1, D. Dedmon 3, Joel Anthony 3. DT: G. Popovich.
Arbitros: Capers, Garretson y Foster.
Parciales: 24-31, 42-61 y 64-87.
Cancha: Toyota Center.
Serie: Ganó San Antonio 4-2.
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