LICENCIADA BÁRBARA RUFFINI NEUQUÉN

Maju Lozano y el diagnóstico de autismo en adultos, puntualmente en mujeres

A raíz de que la semana pasada la animadora y actriz Maju Lozano se despidió de su ciclo comentando que se alejaba de las pantallas a raíz de confirmar su diagnóstico de autismo, se conocieron comentarios de odio en redes y paneles de televisión, acusando a Lozano de “no parecer” autista porque se desenvuelve con “normalidad”.

En el segmento de Trastornos en el Neurodesarrollo que los jueves se emite en Tampoco es para Tanto, la licenciada en psicología Bárbara Ruffini (M.P. 1972) señaló que “hubo también profesionales de la salud que dijeron que los diagnósticos parecen parte de una moda, banalizando el trabajo del personal de la salud mental".

En general lo que sucede es que cuando un adulto recibe su diagnóstico es que se sienten aliviados al recibirlo porque la sensación es la de volver a nacer”, señaló.

“Una de las cosas que dijo Maju Lozano al aire es que ya no se considera una persona rota porque enmascaraba con frecuencia ciertas situaciones para aparentar su neurotipia. La mayoría de las mujeres escondieron su condición detrás del poder de imitación, quizás por miedo, por no pertenecer a un grupo social, para poder sostener un trabajo, etc”, describió Ruffini.

La licenciada en psicología recordó que “el término autismo tiene ochenta años y por ejemplo, una mujer como Maju Lozano, que puede acceder a los mejores profesionales del país, igualmente conoce su diagnóstico a sus cincuenta y un años".

"Todavía hay corrientes de la psicología que niegan al autismo y lo tratan como una psicosis, desconociendo que el autismo es una condición con la que se nace. Nadie se vuelve autista. En consecuencia, muchos viven con alivio poder tener su diagnóstico porque pueden tener los apoyos que necesitan o poder tramitar su Certificado Único de Discapacidad para poder transitar más tranquila su vida", afirmó.