24 de septiembre de 1983. Angel Mur, el legendario masajista del Barcelona, fue el primero que llegó para atenderlo. Diego intentó levantarse, pero se desplomó fruto de un dolor inédito. "Me rompió… ¡Me rompió!", repetía el 10 llorando en la camilla, mientras lo retiraban de un Camp Nou, donde el silencio reinaba en soledad.
El doctor Carlos Bestit confirmó que se trataba de una “fractura del maléolo peroneal del tobillo izquierdo con desviación y arrancamiento del ligamento lateral interno con desgarro”. Otra vez sin fútbol un rato largo como en el ’82, cuando por culpa de la hepatitis estuvo dos meses fuera de las canchas.
En la previa de la 4° jornada de la Liga Española, los medios agitaron la rivalidad entre el Barça y el Athletic de Javier Clemente, porque aún estaba muy fresco el recuerdo del partido de diciembre de 1981, cuando Andoni Goikoetxea lesionó a Schuster en el San Mamés.
Pero aquella noche del ’83, el fútbol del equipo de Menotti se encargó de simplificar un partido muy áspero. Cuando había pasado media hora de juego, un toque maradoniano terminó en la apertura del marcador, a cargo de Perico Alonso y cuando estaba punto de terminar la primera mitad, un cabezazo de Julio Alberto aumentó la diferencia.
La sociedad Schuster-Maradona se había hecho cargo del duelo, cuando Diego tomó la pelota en el círculo central, para arrancar una jugada que en ese momento sonaba inofensiva, demasiado lejana al arco vasco.
Pero Goikoetxea se lanzó buscando el tobillo izquierdo del argentino y lo rompió en mil pedazos.
El árbitro contestó con una tibia tarjeta amarrilla, Esteban ingresó por el 10 y el partido continuó como si nada hubiese pasado. Los goles de Carrasco y Marcos sobre el final, estiraron la diferencia: Barcelona 4-Athletic 0.
Después del partido y seguramente sumando en el recuerdo cercano la extrema violencia de Gentile sobre Diego, en el Italia-Argentina de España ’82, Menotti sentenció: “Deberá morirse alguien para que cambien las cosas”. “Fue una acción más del partido, no merezco ninguna sanción”, contestó Goikoetxea.
La condena fueron 18 partidos de suspensión, luego rebajados a 10.
Maradona fue operado en la madrugada del 25, por el doctor González Adrio. Volvió a jugar el 8 de enero de 1984 ante el Sevilla, en un partido que el equipo del Flaco ganó por 3-1 y en el que Diego marcó dos goles y asistió en el restante a Marcos.
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Etiquetas: barcelona, Diego eterno, Diego Maradona