La hija del "Zar" de la televisión conversó con Andrea Bisso en "Vuelta en el Aire" y compartió la pasión por su proyecto, Teatrix, una plataforma que nació hace diez años y que, como ella misma dice, "sigue honrando a la familia" al unir el pasado del teatro en televisión con el presente del streaming.
"Teatrix" surge de esa idea de "conjugar" experiencias, llevando el teatro a la pantalla bajo una modalidad que supo ver su padre en la TV.
Para Mirta, en un mundo donde la audiencia está tan fragmentada, la especialización es una "oportunidad". Lograr que te vean en el streaming es un desafío, pero para productos de nicho como el teatro, "es un beneficio", asegura.
Conocida por su inquietud y por recoger el guante del legado de su padre, Mirta Romay revela una faceta quizás menos conocida de su juventud. Aunque hoy es una mujer que se desafía y busca nuevos caminos, de chica era "muy tímida", "más observadora".
Disfrutaba enormemente de acompañar a su padre al canal, sumergirse en el "mundo de los hombres" y escuchar desde un lugar pasivo.
Su transformación, cuenta, se dio mucho más tarde, ya avanzada su carrera como psicóloga, que ejerció por casi 15 años en hospitales y consultorio privado. La "bisagra" fue en 1989, al separarse, cuando sintió una fuerte necesidad de "salir de ese papel más de observadora". Fue entonces cuando inició una carrera en Canal 9, a cargo de "nuevos productos", lo que le permitió entender "el inicio de las cosas, cómo se arman los momentos iniciales que son de muchísima adrenalina y muy difíciles de olvidar".
La conversación con Andrea Bisso coincidió con la cercanía de los diez años del fallecimiento de Alejandro Romay y, a su vez, del inicio de Teatrix. Mirta confiesa que su padre, debido a una larga enfermedad, ya no pudo conocer el proyecto. Sin embargo, en ella existió una "necesidad muy grande de crear ese puente", impulsada por el ordenamiento de la oficina de su papá y sus proyectos, sintiendo la necesidad de "unir los retazos".
El desafío no fue menor. Mirta explica que el teatro es "bastante resistente" a ser filmado, lo que la llevó a "tirarse en una pileta con poca agua" y remar mucho. Pese a las dificultades, el camino ha sido "interesante", permitiéndole conocer el mercado y a los productores teatrales. El objetivo de Teatrix es conservar el legado, dado que, en el pasado, por limitaciones tecnológicas y costos, mucho material se perdía. "Es una pena", reflexiona, al pensar en artistas como Enrique Muiño, Tita Merello o Luis Sandrini, de quienes apenas quedan registros. Hoy, Teatrix permite que obras de años sean vistas "como el primer día", demostrando que su interés es "mucho más largo de lo que se imaginó".
La charla derivó hacia la profunda transformación de la televisión en los últimos 15 o 20 años. Mirta Romay contrastó la época de su padre, donde la televisión era un negocio rentable con 40 puntos de rating y programas ómnibus con gran producción de ficción y música. Esa televisión, dice, "creaba un tejido social y nos daba identidad".
Hoy, la realidad es distinta. Los canales de televisión "no invierten básicamente porque el negocio ya no existe", fragmentado por la torta publicitaria y la aparición de múltiples formatos y plataformas. La industria audiovisual atraviesa un "quiebre", donde ni el streaming ni los canales de aire encuentran aún un modelo de negocio sostenible. Mirta Romay, quien participó recientemente en NEXTV, confirmó que todos los actores del sector buscan "nuevos modelos de negocio".
Frente a la "hiperfragmentación" y la "gran producción de odio" que genera el anonimato en las redes, Mirta visualiza un camino: el de las alianzas y la integración. "Lo que nos queda es ir por el camino de las alianzas, el camino de la unión, el camino de recrear en algo aquella masa crítica", enfatizó. Si bien un proyecto como Teatrix, al ser "una boutique de excelencia con un producto único", puede sostenerse en un segmento pequeño, para muchos otros es inviable. "Me parece que el mundo del audiovisual tiene que ir por ahí porque está quebrado el modelo de negocio", concluyó. La "aceleración de la novedad" es tal que, como reflexión personal, Mirta admite con asombro que ella, la hija mayor de Romay, esté al frente de un proyecto de streaming, algo que "tendría que haber hecho un nieto de mi papá".

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