“No podemos cambiar de inmediato una costumbre de 150 años en la Argentina”, argumentó el subsecretario de Seguridad e Higiene municipal, sobre la cantidad de estallidos que se escucharon en Viedma para celebrar la Navidad.
Elio Buonaiuto mencionó también que por vías alternativas se vendieron artefactos de estruendo remanentes de producciones anteriores, que evitaron los controles de la comuna.
Por otra parte, sostuvo que la ordenanza que los prohíbe debe ser modificada en la enumeración de artículos pues, por ejemplo, hay variantes de las famosas cañitas voladoras que producen estampidos y que están permitidas en la norma.
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