El director de Gestión Hídrica del Departamento General de Irrigación, Rubén Villodas confirmó que el monitoreo realizado en la zona cordillerana muestra que en promedio en la provincia de Mendoza, en la próxima temporada estival habrá una disponibilidad de agua de deshielo 50% inferior a la de años anteriores.
El funcionario aseguró que el fenómeno demandará que todos los sectores trabajen en una estricta planificación del uso del recurso. Para ello comentó que están en permanente contacto con los inspectores de cauce y los distintos usuarios de cada cuenca.
Aunque están esperanzados en las nevadas pronosticadas para los días que quedan de invierno, “hasta que tengamos al pronóstico nuevo los primeros días de octubre – dijo Villodas –tenemos que hacer algunas previsiones en función de lo que puede pasar fundamentalmente para los meses de primavera y verano”.
El ingeniero vaticinó que probablemente todos los usos del recurso hídrico “tengan que ajustarse a la realidad que podemos ver en octubre y el seguimiento posterior”.
Villodas aclaró, no obstante, que el único uso que nunca se ve afectado es el agua potable. “Siempre se entrega la cantidad de agua que solicitan, no importa la calidad del año”, concluyó el funcionario.
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