Desde el 12 de septiembre están vigentes las pautas para el acompañamiento de pacientes en situación de últimos días y pacientes con condiciones especiales en contexto de pandemia por Covid-19 que elaboró un grupo de expertos en conjunto con el Comité de Bioética y DDHH creado para tal fin.

Estas recomendaciones establecen un marco general que cada institución de salud debe adaptar a sus propios recursos y posibilidades. "Dicen lo que dice el sentido común: siempre el proceso de morir de cualquier persona enferma naturalmente tiene que tener un acompañamiento porque hace a la dignidad de la persona", señaló a Radio Nacional Córdoba, Armando Andruet, coordinador del comité y ex vocal del Tribunal Superior de Justicia.

Según las pautas las personas autorizadas para acompañar a pacientes en estas circunstancias deben ser personas que no integren grupos en riesgo: mayores de 60 años, personas embarazadas o con patologías previas. Si esto no fuera posible y el familiar será autorizado "bajo asunción de riesgo".

Además está previsto como una sugerencia la disposición de un equipo espiritual y psicológico para los familiares. "Lo que ocurre es que no todas las instituciones senatoriales cuentan con ese servicio", aclaró el jurista.

"El caso de Solange a nosotros nos impactó mucho y precipitó el trabajo que veníamos haciendo. Tuvo una gravedad moralmente inusitada", sostuvo Andruet en referencia a la joven que falleció por cáncer sin poder despedirse en vida de su padre retenido en un control en el acceso a la Provincia de Córdoba.

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