El catalán Sergi Santos, experto en nanotecnología, le dio vida a Samantha, una muñeca sexual que pesa unos 40 kilos, tiene ojos verdes, una larga cabellera de color castaño y unas medidas de 90-55-90.
Cómo funciona Samantha
El robot lleva un microprocesador en la cabeza que, por medio de un algoritmo, es capaz de tener respuestas familiares o cariñosas. Tiene tres versiones: la familiar, la romántica y la sexual.
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Etiquetas: Inteligencia Artificial