Turma Do Fon Fon, nacida en 1958 como una ilusión de un grupo de amigos que desearon llevar a la calle la alegría que por entonces se vivía en el Club Social. Su actual presidente Eulogio Soto comentó en LRA12:
"Durante todo el año pasado estuvimos trabajando un montón para que podamos sacar la comparsa a la avenida. Cumplimos nuestras expectativas y estamos muy contentos porque nuestro desfile y todo el trabajo que hicimos durante la semana, planificaciones y armado de grupos. Estamos muy contentos porque fue un desfile perfecto para nosotros".
El tema elegido fue "XICA DA SILVA, NEGRA LIBERTAD. La Joya Negra". Demonizada y sacralizada en la misma medida, jamás pasó desapercibida. Es que Francisca Da Silva, mejor reconocida como “Xica”, fue una mujer que marcó un tiempo. Mucho antes que muchas, ella supo encontrar su lugar, romper con los estereotipos de una época y “reinar” cuando impensada por su posición, origen y etnia, lo podría hacer. Brasil del S.XVIII era una colonia portuguesa proveedora de inmensas riquezas y productos de los más variados y novedosos para el viejo continente. Es en Minas Gerais, zona de producción principalmente diamantina, donde se origina esta interesante historia. Mezcla de mito y realidad, se dice que en Serro Frío nació Francisca “Xica” Da Silva, hija de María da Silva y el portugués Antônio Caetano de Sá.
Nacida esclava, su destino comenzaba a disponerse cuando su padre, negándose a la idea de que esta fuera su hija, la vende a un prostíbulo. Luego es subastada acaba en casa del nefasto sargento Sardina, con quien tuvo su primer hijo. Irreverente, inquieta e ingobernable, logra ser vendida una vez más a José da Silva y Olivera Rolim; apresado más tarde por rebelde a la corona. Este diamante negro logrará con astucia, inteligencia y la insensata avidez de su juventud, transformar sus condiciones históricas en una zaga que posiciona a una mujer en el lugar protagónico.
El amor irrumpirá en su vida cuando Joao Fernándes de Oliveira, más conocido como el “comendador” llegara a Tijuco por orden de la corona para controlar los empréstitos diamantinos. Dicen que fue amor, y no otra cosa la que unió a tan disímil pareja. Es que Xica, con su forma atormentada e imponente, no conocía de modales y, muy por el contrario, el comendador estaba muy bien adaptado a los modos de la época. Dos mundos, tan estereotipados y opuestos se encontraron y, como bien señala la ley de los opuestos, se atraerían.
Su reveladora y poco usual unión, no pasó sin ser valorada. Ambos rompieron los preceptos de una sociedad que no veía con atino el hecho de que una esclava pudiese hacer a sus antojos y no reverenciar las fútiles costumbres, mucho menos pretender a nada menos que quien ostenta el poder de la corona. Revolucionaria, su relación atentaba contra los estándares de una época marcada por profundas e infundadas diferencias de clase y raciales.
Contra todo pronóstico, y sorteando los ardides de la petulante sociedad diamantina, ambos logran transitar 15 años juntos dejando una prole de 13 hijos. El final de su apasionada hazaña sólo se resuelve cuando por orden real, Joao debe regresar a Portugal, no sin antes enseñorear a Xica con toda clase de bienes.
Xica encarna la lucha de negros y blancos, de hombres y mujeres en una sociedad desigual; una lucha por la igualdad, por la libertad. Es ella el reflejo de la revolución, del intento de cambio, de la interpelación de las cimentadas formas sociales de una época de un Brasil expoliada y presa bajo el yugo lusitano.
Su bastonera es Fernanda Odoni, y su bastonerita es Martina Cabrera y representa al Oro Brasileño. La reinita de Fonfonitos es Justina Pérez; y la soberana de Fon Fon es Rocío Nosiglia.