Ayer se completó la décima fecha de eliminatorias sudamericanas Rusia 2018, donde el equipo argentino de fútbol enfrentó a Paraguay y perdió como local, en el estadio Mario Alberto Kempes, por 1 a 0.
A su vez, esta fue la cuarta fecha de eliminatorias para Edgardo Bauza como director técnico. ¿El saldo? Un triunfo, dos empates y una derrota. La ilusión de la vuelta de Lionel Messi después de su renuncia y el gran triunfo ante Uruguay hizo que empecemos a creer en un cambio de aire, motivado por el nuevo entrenador. Pero, de a poco, comenzaron a verse las falencias de un equipo argentino agotado en lo psicológico –sobre todo por haber perdido tres finales seguidas: un Mundial y dos Copas América– e integrado por jugadores que, a entender de muchos seguidores y profesionales, ya no están para vestir la camiseta celeste y blanca,  sumado a un nuevo sistema de juego que todavía no engrana en los dirigidos por el Patón.

Culpar a un entrenador con tan solo cuatro fechas jugadas sería injusto. Sin embargo, tal vez sea hora de que Bauza tome decisiones más estratégicas y hasta incómodas. ¿Será muy grande el precio a pagar por sacar de la Selección a jugadores que valen millones de euros en sus equipos, pero a los que les cuesta demostrar lo que valen vestidos con la casaca nacional? ¿Será que efectivamente somos “Messi-dependientes” hasta que la Pulga deje de practicar fútbol?

El hincha argentino ve, año a año, como se nos esfuman oportunidades para ser campeones una y otra vez. No obstante, material hay. Tal vez este sea el momento oportuno para empezar a foguear a los que todavía no pudieron demostrar sus capacidades con la albiceleste. Olvidémonos un instante de la falta de experiencia europea o de si estuvo o no involucrado en una escándalo mediático. El fútbol es un deporte y para practicarlo tienen que existir deportistas con oportunidad de mostrarse, excluyendo todo tipo de condicionamientos externos o chimentos, tarea que los periodistas, a su vez, debemos asumir con mayor rigor.

Si el destino es Rusia 2018, la decisión férrea del timonel y la transformación de la tripulación son más que necesarias.

Pablo Paez

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