Durante cinco años, Sabrina Zelaya caminó 11 kilómetros desde su casa en el paraje de Niogasta (a 40 kilómetros de Concepción) hasta Monteagudo, para tomar el colectivo que la llevaba a Villa Quinteros, lugar en el que estudió para recibirse de profesora de Lengua y Literatura. “En los días de lluvia se me complicaba mucho porque el camino se llena de barro y es intransitable, la única forma de salir es caminando. Tenía que hacer 11 kilómetros de ida y 11 kilómetros de vuelta a Monteagudo, que de ahí salía el colectivo, tenía que llegar a Concepción y de ahí a Villa Quinteros.
También la dificultad era que yo salía a las 17, pero tenía colectivo a las 20. Me tenía que levantar a las 6 de la mañana, acomodar todo y salir porque tenía que llegar al colectivo que salía a las 11.30 y sabía que iba a tardar en la caminata hasta Monteagudo. El colectivo luego llegaba a las 21 a Monteagudo y llegaba a mi casa a las 23”, contó Sabrina.
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