Amy Berón asistía a un gimnasio de la localidad de Villa Urquiza pero el propietario le informó en los últimos días que podrá hacer uso de las instalaciones hasta fin de mes y luego se le aplicará el derecho de admisión, por lo que no podrá concurrir más desde el próximo año. Ella decidió dejar de ir desde el mismo día en que recibió el aviso y le devolvieron el dinero de la cuota que había abonado. “Cada vez que te veo me dan ganas de vomitar”, le habría expresado el comerciante, según relató Berón. La joven dijo que desconoce el motivo de la decisión y estimó que es por su condición de trans. Hizo una denuncia policial y tomó intervención el INADI.
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