El gasista Carlos García, que trabajaba en la línea de gas del edificio de Salta 2141 cuando estallo el 6 de agosto de 2013, fue condenado a 4 años de prisión, como único responsable por la muerte de 22 personas. El resto de los 11 acusados resultó absuelto.
La figura en la que se encausó a la mayor tragedia vivida en la ciudad, fue la de “estrago culposo”, según lo dicho por la jueza que leyó el veredicto, Marcela Canavesio. "Se ajusta a un delito imprudente, no intencional", señaló la magistrado del tribunal integrado además por los jueces Rodolfo Zabala y Carlos Leiva, quien votó en disidencia por entender que a García le correspondían 3 años de prisión en suspenso y el cumplimiento de determinadas reglas de conducta durante cuatro años.
Los familiares de los muertos y damnificados quedaron disconformes con el fallo, y aún no saben si insistirán en otra instancia jurídica. La fiscal Graciela Arguelles anticipó que luego de analizar los fundamentos del fallo decidirá si recurrirá a otra instancia de apelación, ya que considera que hay pruebas suficientes para otras condenas.
Mientras tanto, cada 6 de agosto la ciudad recuerda a las víctimas de una tragedia marcada por la desidia y el descontrol.
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