María Irene de Pasante una de los tantos vecinos de calle El Moro, al Norte de ruta 144, planteó su queja por la falta de riego y los problemas del polvo en suspensión, por la proximidad de dos canteras.
“No se puede ni andar ni caminar por la tierra –dijo la vecina. Como mínimo tendría que pasar dos veces al día el camión regador, porque esto no se puede aguantar”.
“También tenemos el puente de salida roto. Pasan camiones con ripio arena, máquinas y nos van a romper el otro puente. Lo que pedimos los vecinos es que echen agua, por lo menos un par de veces al día. Yo ni puedo lavar, porque todo se llena de tierra y vivimos encerrados”.