GENTE CON CORAZÓN

Voluntarios crearon un refugio para personas desprotegidas y solas

Ubicado en calle Castelli 411, el refugio Cristo Desamparado alberga a 12 personas que reciben: aseo, cama confortable y desayuno antes de volver a pasar el día en la calle. El Director, profesor José Luis Valdez, docente de la escuela Ejército de los Andes, comentó que “se atiende a gente que no tiene hogar y en la noche no tiene donde dormir.” El refugio es una casa que ha sido acondicionada para asistir a las personas que están en situación de calle.

Valdez dijo que la idea surgió al ver gente durmiendo en las plazas o en las veredas “todos pensamos qué podemos hacer por ellos y no da una gran impotencia, entonces, junto a un grupo de personas nos pusimos de acuerdo para organizar alguna forma de ayuda”-contó.

Las puertas se abren a las 20 aproximadamente, hay un dormitorio común con unas 12 camas con ropa limpia. “Ellos ingresan y como tenemos duchas entonces proceden a asearse –contó Valdez-  y después les servimos una pequeña cena y luego hacemos una pequeña charla para que nos cuenten cómo han pasado el día, escucharlos un poco también y a las 11 de la noche, por regla, apagamos el televisor y la luz para que duerman y descansen.”

Aproximadamente a las 7:30 y 8, las personas vuelven a la calle luego de tomar el desayuno. Valdez explicó que se hace muy temprano porque las personas que lo preparan y sirven son voluntarios, gente que dona su tiempo tienen sus actividades o se tienen que ir a su trabajo.

El refugio se mantiene con la solidaridad de las personas ya que está organizado de manera que la cena, por ejemplo, es elaborada cada día por una familia diferente, turnándose un día al mes. Para el desayuno reciben bolsones de la Municipalidad y a veces, también del Club Lechero. Lo que más cuesta conseguir –comentó el profesor- es ropa de cama, toallones, elementos de limpieza, “en eso siempre estamos esperando la donación de la gente cuando tiene ropa de cama en desuso, o algunos comerciantes nos dan artículos de limpieza y también tenemos un bono contribución que se puede retirar en la parroquia (San Maximiliano Kolbe) o en el refugio, con lo que pueda colaborar –aclaró- y con eso hacemos frente a los gastos de impuestos y servicios.”

El profesor dijo que no sólo se les brinda asistencia en lo material “sino que tratamos de brindarle un poco de afecto, contención y si tienen algún problema de adicción, tratamos de ponerlos en contacto con el hospital, también de buscarles un trabajo, en la medida de lo posible. Así, hemos logrado que algunos jóvenes se reinserten en la sociedad y han vuelto con nosotros, agradecidos, que no los dejamos caer del último peldaño, como se dice”- contó el hombre satisfecho.